viernes, 26 de enero de 2018

Yo a usted lo conozco de algún lado

En el separatismo todo es amor y flores hacia la Cataluña suburbana a la que necesitan con desesperación para llevar adelante su agenda. Hasta les montan asociaciones como Súmate, promotoras de un ficticio entusiasmo independentista dentro de la masa castellanohablante, y ponen a gente como Eduardo Reyes y Gabriel Rufián como "cuota charnega" en sus listas electorales. Claro que todo tiene un límite, y periódicamente, sobre todo cuando se dirigen a su propia capilla, esos mismos separatistas estallan y se abandonan al supremacismo más vulgar. Artículos como Cornellà no es como Catalunya, publicado en el emblemático digital secesionista El Nacional, estigmatizan a las ciudades catalanas donde la gente, inadaptada, vota a Ciudadanos. Su autor, Jordi Galves, no deja tópico sin aplicar:

Cornellà forma parte de la Catalunya española, de una tierra fuertemente castellanizada, colonizada, asimilada, en buena parte, a España y olé, donde los catalanohablantes vivos son minoritarios y a veces invisibles, remotos, una tierra donde la inmensa mayoría son inmigrantes o hijos de inmigrantes y viven exclusivamente, aisladamente, en español. Una tierra de nacionalismo español muy marcado, de españolismo. Una tierra donde solo hay un colectivo que se cree superior a los demás colectivos y que ha decidido no integrarse en Catalunya.(...)
Yo he conocido un encendido desprecio por Catalunya en esta tierra plural y diversa de Cornellà donde la cultura era sólo un desagradable distintivo de ricos, una marca de disidencia, donde además la cultura catalana era vista como una imposición intolerable de una gente desconocida a la que se odiaba o se despreciaba.

Se echa de menos alguna alusión a los toros y la pandereta, pero la idea más o menos está: charnegos caca, arrogantes en su inferioridad, impermeables a la cultura y el pensamiento, en definitiva imposibles de convertir a la verdadera fe.

Como en esto de estereotipar ningún indepe quiere ser tachado de flojo, en un reciente artículo del no menos representativo digital Vilaweb se redobla la apuesta. La pieza, titulada Els quinquis, supera con creces el alto listón dejado por Galves:

Quan la meva generació érem canalla, dels bàrbars en dèiem gamberros, perquè ens prenien el tigretón i penjaven la pilota. De més grandets es convertien en quinquis: ara ens fotien el rellotge (‘el peluco’) i les peles.(...)
García Albiol ha representat una frontissa entre les dues civilitzacions, és una mena de mutant. Precisament la inversió radical de la relació de forces entre PP i Ciudadanos ho palesa: la dreta tradicional, llastada per les formes sòlides del passat, està agonitzant, mentre emergeix la nova, la dreta líquida. Les intencions són idèntiques (o pitjors), però canvien els modes. Els nous quinquis del parlament ens exigeixen el peluco i la cartera a crits, amb fatxenderia, amb el mateix posat que al parc.

Para que nadie se despiste, el autor deja claro, como al pasar, que estamos hablando de castellanoparlantes:

Ho van aprendre a casa, en aquestes llars on la pedagogia s’imparteix a cop de tepartolaboca i el tutecallasporquelodigoyo, i després la televisió i les xarxes, amb un discurs oposat al de l’escola, ho han sedimentat.

Y es que, como es sabido, el maltrato paterno no ocurre en hogares de habla catalana, y si ocurre los padres se pasan al castellano al momento de victimizar a sus hijos.

Al leer un artículo así, llega un momento en que uno se pregunta quién es el autor capaz de implementar semejantes cotas de estulticia. Fui arriba de todo y me encontré con que el supremacista de turno se llamaba Pau Vidal. Pau Vidal, Pau Vidal... ese nombre me sonaba de algo. Hice la búsqueda lógica: Pau Vidal + charnegos.

Bingo. Pau Vidal es quien prepara los crucigramas para la edición catalana de El País. Hace tres años, Vidal usó una polémica definición:



XARNEGO: A València és un gos caçador; aquí una cosa molt pitjor.

Uno no puede menos que estar de acuerdo en que la palabra xarnego significa un perro cazador en tierras valencianas. Lo que no está claro es por qué en Cataluña significa algo mucho peor. ¿Está implicando Vidal que un charnego es peor que un perro?

La definición causó gran revuelo, con cartas al director de El País. El asunto llegó a la defensora del lector del periódico, quien a su vez contactó a Vidal. Así se defendió este:

"En el caso que nos ocupa, la definición que puse se define, A València és un gos caçador i aquí una cosa molt pitjor, precisamente porque se trata de un insulto: por eso es mucho peor. (...) Cuando redacté las definiciones de aquel día nunca en ningún momento se me ocurrió que alguien pudiese interpretarlo de manera ofensiva (...) ¿Cómo iba a querer ofender yo a los xarnegos cuando soy uno de ellos? Mi segundo apellido, Gavilán, es de Jaén. Es más, yo mismo, antaño, fui insultado con ese epíteto."

Pau Vidal es un filólogo y no desconoce la importancia de la precisión en el uso de los vocablos. Un insulto es en efecto peor que un perro cazador, pero en el crucigrama no estaba definiendo la palabra INSULT, estaba definiendo la palabra XARNEGO. Sin embargo, cabía en aquella oportunidad concederle el beneficio de la duda: quizá la prisa en terminar el crucigrama, quizá el intento de forzar el humor lo habían llevado a trastabillar sin querer, máxime cuando él mismo se considera charnego.

Pero ahora, con su artículo sobre lo delincuentes que son los diputados al Parlament que osan hablar castellano, se despeja cualquier duda: como sospecharon los lectores de El País, Vidal odia a los charnegos, y ese odio a veces se traduce en actos fallidos (como en la definición del crucigrama) y otras veces en diatribas conscientes (como en el artículo Els quinquis). Y en cuanto a la alusión a su apellido materno andaluz, pues muy sencillo: es el "yo tengo un amigo gay" de los homófobos.

3 comentarios:

  1. Magnífico artículo que pone en evidencia el fondo de supremacismo y ur-fascismo presente en todo nacionalismo etnicista: "nosotros somos mejores, ellos son despreciables". Previamente se han alentado el victimismo y el resentimiento necesario para fabricar esa distinción radical entre un "ellos" y "nosotros" unívocos.

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  2. Muy buen artículo y clarificador del concepto totalitario y supremacista que preside la mayoría de sus comentarios. Si no eres independentista y secesionista eres imperfecto...

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  3. Muy interesante, sobre todo al relacionarlo con el crucigrama de 2015. El tema viene de mucho antes de todo lo que estamos viendo ahora. De cumplirse el plan separatista, los residentes en Cataluña con familiares fuera (que sin lugar a dudas es un término que abarca varias generaciones) no tenemos sino dos opciones: asumir incondicionalmente los dictados de los separatistas (y aun y así, seremos imperfectos y vergonzantes) o marcharnos de catadisney. Vaya plan.

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