miércoles, 14 de febrero de 2018

Argumentos separatistas que ni ellos mismos se creen

El separatismo es lo suficientemente irracional como para movilizar la fe ciega de sus adeptos, particularmente la de sus recientes conversos; y lo bastante realista como para comprender sus limitaciones (lo cual les ha permitido, in extremis, abstenerse de dar saltos al vacío irreversibles). Por ello, la intelligentsia separatista no se hace ninguna ilusión respecto a los generosamente subvencionados digitales del movimiento. Saben que los van a leer sus incondicionales, no el catalán de a pie al que tendrían que convencer. Un interesante subproducto de esta realidad es que los separatistas suelen admitir en sus medios ciberespaciales lo que tozudamente niegan cuando debaten en ámbitos neutrales.

Por ejemplo, los siguientes argumentos resultarán familiares para cualquier constitucionalista:


  • "En realidad, el independentismo ya superó el 50% de los votos, ya que aproximadamente la mitad de los comunes votarían sí a la independencia en un referéndum."
  • "El independentismo es un movimiento de abajo hacia arriba. Es la calle la que obligó a los dirigentes de los partidos a seguir el camino que emprendieron".


Esto nos dicen en los debates por correo electrónico y en las charlas en la oficina. Sabemos que son falacias como la copa de un pino, pero ¿realmente se las creen? Una manera de verificarlo es ver qué dicen sus ideólogos cuando piensan que nadie los mira... por ejemplo en sus medios digitales. Recientemente me topé con una entrevista en VilaWeb a Eduard Voltas, un editor y columnista a quien se suele ver en Twitter y otros ámbitos virtuales despotricando contra el constitucionalismo.

Después de afirmar que "el poble" (como se sabe, los separatistas son el pueblo) ha demostrado una "valentia espectacular", Voltas mantiene el siguiente intercambio con su entrevistador:

—Una valentia que no va evitar que en un moment determinat quedés tot penjat…
—Això ho va decidir la direcció política del moviment. Aquell cap de setmana del 27 d’octubre hi havia centenars de milers de persones esperant instruccions i completament disposades a una estratègia de desobediència civil i defensa pacífica però contundent de la República proclamada. (...) La força popular que hi ha hagut ha estat brutal, però no imparable. Ens han parat, oi? I la direcció política va decidir frenar en un moment determinat. És curiós perquè veníem de l’1 d’octubre, que va ser un autèntic festival de coordinació executiva i emocional entre les institucions i el carrer. I vam pensar que tenien igual de ben preparat el 27 d’octubre que l’1. Els que havíem estat capaços de fer l’1 d’octubre havíem de tenir un pla per fer la independència. I va resultar que no n’hi havia.

¿Personas esperando instrucciones? Pero cómo. Este era un movimiento de abajo hacia arriba. Los dirigentes tenían que seguir al pueblo, no darles órdenes. Y ahora resulta que, tal y como habían osado sugerir los fascistoides medios españoles, los líderes sí tenían, al fin y al cabo, la capacidad de activar y desactivar a la calle separatista. La sed de libertad de esta última era inmensa, descomunal, pero no tan incontrolable como para que empezaran a desobedecer por sus propios medios, que es lo que hacen las masas auténticamente desesperadas en los países verdaderamente oprimidos.

En otro trecho de la entrevista, Voltas sugiere que parte del voto a Ciudadanos el 21 de diciembre puede ser canalizado hacia el independentismo, porque era en realidad un voto castigo hacia este último. Pero ¿qué castigaban? Voltas:

Crec que hi ha una part d’aquest vot que és un vot de censura de la manera com l’independentisme ha fet les coses. Bàsicament per una raó: ‘no podeu fer això perquè no teniu la majoria’. Hi ha una part del vot de Ciutadans que és identitari, espanyolista… i sàdic. És així. Però estic segur que hi ha una part de l’electorat seu que els vota per això. També una part de l’electorat del PSC. És una gent que desactivarà la seva oposició a la independència en el moment que l’independentisme pugui presentar una victòria electoral amb més del 50% dels vots.

Es oficial, entonces. El independentismo nunca obtuvo más del 50%. Lo que señalábamos infatigablemente los execrables ciudadanos que adherimos al vetusto documento de la Constitución española ahora es confirmado por un propagandista del separatismo.

A veces nos exasperamos con la dialéctica separatista. Nos piden demostrar nuestras afirmaciones más evidentes (por ejemplo, que con dos horas de castellano por semana no se puede aprender bien el idioma). Por otro lado, aducen argumentos tan palmariamente falaces que nos preguntamos: ¿cómo puede una persona mínimamente inteligente dar crédito a esos disparates? Pero como los ejemplos de arriba ilustran, la explicación es muy sencilla: aunque usen esos artefactos retóricos para marear perdices y enredar madejas, la realidad es que ellos mismos no se los creen.

1 comentario:

  1. Impecable análisis. El (los) propagandistas que manipulan la información generalmente son bien conscientes de ello y, obviamente, no se lo creen.

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